Forbes México tuvo la oportunidad de sumergirse en uno de los primeros recorridos para descubrir el nuevo laboratorio de Google dedicado al futuro de la computación: la cuántica.
A primera vista, el laboratorio alberga una peculiaridad: un contenedor metálico suspendido a casi metro y medio del suelo, aparentando ser un moderno bote de basura. Sin embargo, este cilindro alberga uno de los dispositivos más avanzados del planeta y representa el futuro del cómputo: la computadora cuántica de Google.
«Adentro es un lugar muy Zen», bromea Erik Lucero, ingeniero en jefe de Google Quantum AI. Este espacio, 250 veces más frío que el espacio exterior, está diseñado para minimizar cualquier interferencia, permitiendo que lo único presente sea la señal cuántica.
En el recorrido, Lucero muestra la joya de la corona: Sycamore, el chip cuántico de 52 qubits que logró la «Supremacía Cuántica» al realizar un cálculo en 200 segundos, una tarea que tomaría 10,000 años a la supercomputadora más rápida del mundo.
El laboratorio, conocido como Quantum AI Campus, es un edificio lleno de luces brillantes y colores característicos de Google. Las paredes están decoradas con imágenes que destacan los logros, desde el primer procesador cuántico de 5 qubits hasta el avanzado chip Sycamore.
Según Hartmut Neven, director de ingeniería de Google Quantum AI, el objetivo a largo plazo es construir una computadora cuántica con corrección de errores que ocupe el espacio de una habitación de centro de datos. Para lograrlo, la empresa debe superar varios hitos tecnológicos.
El camino hacia la computación cuántica con corrección de errores es comparado con «tener televisores con antenas de conejo». En esta fase inicial, existe la posibilidad de errores, pero la meta es crear sistemas que puedan corregirlos antes de afectar el resultado final.
Neven sugiere que las computadoras cuánticas podrían revolucionar el campo de la inteligencia artificial y el machine learning. Con la capacidad de manejar redes neuronales masivas a un costo significativamente reducido, estas máquinas podrían impulsar el avance en la investigación y el desarrollo.
Aunque el impacto total de las computadoras cuánticas en la humanidad aún es incierto, los expertos concuerdan en que sus primeras aplicaciones podrían revolucionar campos como la simulación de moléculas, el descubrimiento de nuevos materiales y el desarrollo de medicamentos específicos.